martes, 23 de noviembre de 2010

.

- Por qué, con tus encantamientos infernales, me has arrancado a la tranquilidad de mi primera vida..
El sol y la luna brillaban para mí sin artificio;
me despertaba entre apacibles pensamientos,
y al amanecer plegaba mis hojas para hacer mis oraciones.
No veía nada de malo, pues no tenía ojos;
no escuchaba nada de malo, pues no tenía oídos;
¡pero me vengaré!






- Discurso de la mandrágora.

No hay comentarios:

Publicar un comentario