Y yo tenía un poco de miedo, miedo a mi, a vos, al amor, al odio, al trabajo, a mi carrera, a que me quisieras, a que no, al dolor, a la felicidad, a la pobreza y no solo mía de todos, sentir que nada podía cambiar, que éramos dos pequeñísimas personas en un inmenso mundo y que aunque todo influyera nada podía ser suficiente para lograr un cambio, un cambio en serio.
Y sufría; afrontaba los problemas y mis conflictos internos solo cuando vos estabas cerca, sabiendo que tu alma era la única que comprendía a mi abombado ser. Y aunque yo siempre te dijera todo, aunque yo siempre quisiera plantearte todo, vos lo dejabas ser, tal vez, a escondidas, lo pensabas muy bien y lo dejabas claro como el agua en tu mente, para que yo estuviera feliz con tus respuestas inmediatas y 100 % acertadas.
Y vos, y vos no sé, eras muy rara, pero eso era genial, porqué así siempre esperaba algo más de vos, algo nuevo, porqué me gustaba la gente que me sorprendía, aquellas personas que no eran predecibles, aunque dijéramos cosas en el mismo momento, las repitiéramos en simultaneo, o luego de un comentario de uno el otro dijera : “ah, sabes que estaba pensando lo mismo”, esas cosas tan mágicas, que no sé en realidad si eran mágicas, eran así y pensar que lo eran le daba un poco de alegría y ser iluso no tiene nada de malo a veces.
Y sufría; afrontaba los problemas y mis conflictos internos solo cuando vos estabas cerca, sabiendo que tu alma era la única que comprendía a mi abombado ser. Y aunque yo siempre te dijera todo, aunque yo siempre quisiera plantearte todo, vos lo dejabas ser, tal vez, a escondidas, lo pensabas muy bien y lo dejabas claro como el agua en tu mente, para que yo estuviera feliz con tus respuestas inmediatas y 100 % acertadas.
Y vos, y vos no sé, eras muy rara, pero eso era genial, porqué así siempre esperaba algo más de vos, algo nuevo, porqué me gustaba la gente que me sorprendía, aquellas personas que no eran predecibles, aunque dijéramos cosas en el mismo momento, las repitiéramos en simultaneo, o luego de un comentario de uno el otro dijera : “ah, sabes que estaba pensando lo mismo”, esas cosas tan mágicas, que no sé en realidad si eran mágicas, eran así y pensar que lo eran le daba un poco de alegría y ser iluso no tiene nada de malo a veces.
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